La energía Kundalini se conoce cómo una elevación de nuestra consciencia. Aquí detallo diversos síntomas causados por un despertar accidental de la misma. Una práctrica inadecuada puede causar los efectos que aquí detallo, por lo que considero importante vigilemos éstos síntomas y los reorientemos de manera adecuada 😊

El-despertar-de-la-Kundalini-

Físicos:

  • Sensación febril, de arder, por desbordamiento del prana o ki que produce:
    • Congestión
    • Insomnio
    • Exceso de energía con disfunciones serias en los órganos como el bazo, hígado, glándulas sexuales, útero, ovarios y pácreas.
    • También puede provocar frío.

Etérico-psíquicos:

  • Alteración en los nadis, incapaces de retener el fuego del prana.
  • Obsesión sexual.
  • Tendencias Obsesivas y compulsivas.
  • Cambios bruscos de carácter de la euforia a la depresión (bipolaridad). Súbitas explosiones de cólera o sentimentalismo.
  • Pueden pasar de la lujuria al misticismo exagerado y ascético.
  • Ruptura del cuerpo etérico.
  • Fisuras en el aura.

Para arreglar dicho accidente, hay que reorientar el plexo solar hacia el corazón, un abandono de la vida subjetiva, un contacto con la naturaleza, comprensión y conocimiento de las leyes y la aplicación de las técnicas a base de sonidos.

“No podemos ignorar que algunas danzas, cuyo sentido real y origen se desconocen, unidas a ciertas formas de respiración pueden despertar la energía kundalini, pero tan apenas desde el centro sacro (Muladara) hasta el plexo solar inferior, con previsibles consecuencias, a menos que estas vayan alineadas a la oráctica de la meditación y al ejercicio de la compasión y por lo tanto dirigidas hacia centros superiores, sin que subyazca una intención oculta de anhelo y poder, de seducción, de atracción sexual o de adquisición de facultades psíquicas.   Las sagradas enseñanzas nos dicen que el verdadero despertar de la kundalini se produce cuando se ha alcanzado un elevadísimo nivel espiritual, y por tanto de apertura de los chakras superiores, lo que conlleva a un natural descenso de energía luminosa, extremadamente pura y positiva, desde arriba, al encuentro de la energía negativa que yace abajo, produciéndose entonces el maravilloso evento espiritual  en la vida del iniciado, o un adepto que los antiguos hermetistas llamaban las Nupcias Alquímicas (el matrimonio del mercurio con el azufre), o la experiencia mística de la transfiguración, como un cuerpo dorado e iridiscente en numerosos eventos relatados por testigos de la vida de los yoguis, santos iniciados o sabios”. Carmelo Ríos

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